Hoy hemos aprovechado el día (de muchísimo calor, por cierto) para visitar el Museo del Prado.
Hemos participado en una interesante propuesta "Una obra, un artista". Se trata de una visita guiada en la que se analiza UN cuadro.
En nuestro caso ha sido David vencedor de Goliat de Caravaggio.
Han sido 40 minutos en los que hemos recorrido su tumultuosa vida y hemos analizado el cuadro. En este sentido la clave ha sido el naturalismo tenebrista.
Tras finalizar, hemos estado en las salas de arte flamenco, Durero y El Bosco(en la planta baja). De todo lo que he visto me han llamado particularmente la atención dos obras:
"El descendimiento" de Roger van der Weyden
Aún no me puedo creer el nivel de detalle de TODO el cuadro : las personas, la vestimenta ...me he tenido que acercar más de una vez para dar crédito a lo que estaba viendo ¡ y estamos hablando del siglo XV !
El otro cuadro es de El Bosco, que nunca deja de sorprenderme. Su cuadro "El jardín de las delicias" es mi favorito.
Pero la "Mesa de los pecados capitales" no se queda atrás, desde luego.
A puntito de sufrir el síndrome de Stendhal...y en excelente compañía.
Hemos participado en una interesante propuesta "Una obra, un artista". Se trata de una visita guiada en la que se analiza UN cuadro.
En nuestro caso ha sido David vencedor de Goliat de Caravaggio.
Han sido 40 minutos en los que hemos recorrido su tumultuosa vida y hemos analizado el cuadro. En este sentido la clave ha sido el naturalismo tenebrista.
Tras finalizar, hemos estado en las salas de arte flamenco, Durero y El Bosco(en la planta baja). De todo lo que he visto me han llamado particularmente la atención dos obras:
"El descendimiento" de Roger van der Weyden
Aún no me puedo creer el nivel de detalle de TODO el cuadro : las personas, la vestimenta ...me he tenido que acercar más de una vez para dar crédito a lo que estaba viendo ¡ y estamos hablando del siglo XV !
El otro cuadro es de El Bosco, que nunca deja de sorprenderme. Su cuadro "El jardín de las delicias" es mi favorito.
Pero la "Mesa de los pecados capitales" no se queda atrás, desde luego.
A puntito de sufrir el síndrome de Stendhal...y en excelente compañía.
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