La noticia es la siguiente:
Telefónica Móviles facturará las llamadas de sus clientes particulares de contrato por tramos de treinta segundos a partir del primer minuto, en lugar de por segundos como llevaba haciendo hasta ahora. La reacción no se ha hecho esperar: los consumidores han puesto el grito en el cielo y las acciones de la firma de móviles se dispararon más de un 4%.
¿Empiezan a notar que la sangre les empieza a hervir?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera que el cambio en la facturación de Telefónica Móviles España, que cobrará a sus clientes de contrato por tramos de treinta segundos, supone un "abuso" hacia los consumidores, y estudia medidas legales contra esta actuación. Fuentes de la organización señalaron a Europa Press que esta medida representa "una falta de respeto" y "un paso atrás", dado que se produce después de que los tribunales hayan considerado abusivo el redondeo al alza en productos y servicios como los parkings o los créditos hipotecarios.
Reconozco que yo también había caído. Oyes que te van a facturar por paquetes de 30 segundos y te pones hecho un
basilisco.
Pero leo
este excelente artículo de Malaprensa y me doy cuenta de mi error:
Lo que más me ha llamado la atención es que El País abra su editorial sobre el tema con esta frase rimbonbante: "Una regla fundamental en la llamada economía de mercado es que los ciudadanos deben pagar por los servicios que obtienen; ni más, ni menos." Esta regla fundamental no la había leído yo en ningún manual de economía. ¿Ustedes la conocían? Parece que según esta nueva regla fundamental descubierta por El País todas las empresas deberían vender sus productos en las unidades mínimas mensurables y cada consumidor debería tener el derecho de adquirir y pagar sólo la cantidad que desee consumir.
Los ejemplos que cita a continuación son excelentes y les remito al artículo original.
Esta noticia me recuerda otro hecho económico que también suele pasarnos desapercibido, porque nos suele "cegar" la razón:
los descuentos.
Oimos que algo tiene descuento y creemos que ,
sólo con ese argumento, estamos ante un producto barato.
- Me lo he comprado ¡ estaba rebajado un 15% ! ¿A que está bien?
Pues mira, depende del precio final ¿no?
A mí me sucedió cuando
me compré el reproductor mp3.
Recibí un prospecto de
PC City en el que hablaba de un descuento en el producto.
- Caramba -pensé- ¡ esto no me lo puedo dejar escapar!
PERO inmediatamente comparé el precio (supuestamente maravilloso) con el de
FNAC ... ¡ y estaba al mismo precio!
¿Qué habia sucedido? Pues que fue
Creative (la marca de mi mp3) quien había hecho la oferta, no las tiendas...
Hay que andarse con ojo. Mejor aún: con los dos.