Dan Ariely nos lo explica
Daniel Arjona [El Mundo]: Pero ahora no sólo difunde conspiraciones la gente corriente sino los propios gobiernos. ¿No es un cambio cualitativo?
Dan Ariely:Estamos viviendo un cambio muy profundo y le contaré por qué. Me parece que el mundo actual, con medios de comunicación fragmentados y democracia representativa, no funciona bien. En el pasado, cuando un líder tenía que dirigirse a toda la población, estaba obligado a hablar de hechos, de realidades comprobables. La gente lo escuchaba desde distintos puntos de vista y lo juzgaba. Eso lo forzaba a mantener cierto equilibrio. Piense, por ejemplo, en la época en que solo había un canal de televisión. Los líderes no podían elegir a qué audiencia hablarles. Tenían que dirigirse a todos, y eso moderaba sus posiciones más extremas. ¿Qué ocurre ahora, cuando un líder puede hablar sólo a sus seguidores? Ya no tiene que rendir cuentas a nadie más. Nadie le exige que hable con honestidad, que se base en hechos. Puede decir lo que quiera sin oposición. Y eso es peligroso.
Dan Ariely:Seguimos obsesionados con el cotilleo porque, en comunidades pequeñas, el miedo al chisme regulaba la conducta. Hoy, esa pulsión se amplifica en redes, pero sin consecuencias sociales reales: consumimos malas noticias porque nos atraen, no porque nos ayuden.
El subrayado es mío.
Entrevista en
El Mundo a Dan Ariely, el psicólogo de la conspiranoia
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