Nos hallamos en la cocina. Hay un tubo de 20W en el techo, encendido. Planeamos volver en 10 minutos. ¿Lo apagamos o no? Hace falta ser friki para plantearse estas cuestiones, pero CPI no duda de la elevada calidad personal de los lectores que le honran con su visita, por lo que supongamos que realmente nos lo planteamos.
La leyenda urbana de los tubos fluorescentes cae gracias a CPI.
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