Reducir las privaciones políticas puede ayudar a disminuir la vulnerabilidad económica. Hay, por ejemplo, considerables pruebas de que la democracia, así como los derechos políticos y civiles, puede ayudar a generar seguridad económica, dando voz a quienes sufren de carencias y a los vulnerables. El hecho de que las hambrunas se produzcan sólo en regímenes de Gobierno autoritario y militar, y de que nunca se haya producido una gran hambruna en un país democrático y abierto (aun cuando ese país sea muy pobre), ilustra sencillamente el aspecto más elemental del poder protector de la libertad política. Aunque la democracia india tiene muchas imperfecciones, los incentivos políticos generados por ella han sido, no obstante, adecuados para eliminar las hambrunas de la época de la independencia, obtenida en 1947 (la última, que yo presencié de niño, fue en 1943). En cambio, China, a la que le fue mejor que a India en diversos aspectos, como la expansión de la educación básica y la sanidad, sufrió la mayor hambruna registrada de la historia en 1952-1962, con una cifra de muertos calculada en 30 millones de personas. Ahora mismo, los tres países con hambrunas continuadas están en las garras de un Gobierno autoritario y militar: Corea del Norte, Etiopía y Sudán.
Amartya Sen, premio Nobel de Economía en 1998
No hay comentarios:
Publicar un comentario