sábado, junio 20, 2009

¿Quién da la vez?

Dos anécdotas de esta misma mañana.
  1. Llego a la frutería. Hay tres personas delante de mí. Pido la vez. Me pongo a mirar la lista de todo lo que tenía que comprar. Cuando me quiero dar cuenta una señora que acaba de llegar empieza a preguntar al frutero el precio de un par de productos ya envasados mientras los coge y se dirige hacia el mostrador con la clarísima intención de colarse.
    La he lanzado con la mirada el conjuro ni se te ocurra, bruja y la señora se ha dado por aludida y ha guardado la cola.
  2. En la panadería un señor que acaba de entrar le pide a la dependienta dos barras de pan...mientras me estaban empezando a atender a mí y una muchacha estaba en la cola. Esta vez el conjuro ha sido oral. Consiste en decir en alto lo que el infractor se ha saltado a la torera: "Disculpe, me están atendiendo...y además hay una persona detras de mí". El tío se ha disculpado torpemente. La pobre muchacha no ha dicho nada pero con la mirada de desprecio que le ha lanzado al tío, le ha fulminado.

¿Cual es el factor común de ambas anécdotas? Puer que las personas que se han intentado colar por la cara eran jubilados. Y lo hacían con un descaro monumental.
Los jubilados son los profesionales del pequeño comercio, de las tiendas de barrio. Bregan ahí todos los días. Se las saben todas. Y algunos de ellos ven a los jóvenes como pardillos de fín de semana.

¿Se imaginan qué hubiese pasado si hubiese sido al revés, que quienes se hubiesen colado fuésemos los jóvenes? Empezarían a hablar alto sobre la educación de los jóvenes, que si la falta de respeto y bla, bla, bla...

Ojo, no es la primera vez que me pasa. Y no será la última.

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