Hoy, tras varios meses parado, he vuelto a hacer footing. Y he sobrevivido, que no es poco. Pero sé que las consecuencias no las sufriré hoy, sino mañana.
Perdonen el anglicismo, pero siempre he preferido el término footing a correr. Este término me parece más profesional, como si salieses a luchar contra el reloj. Footing, sin embargo, me trae a la cabeza algo más amateur; como si lo importante fuese salir a disfrutar y relajarte. A superarte tú, no al reloj.Y este es el caso.
Tengo que reconocer que lo que más me cuesta de hacer deporte es...ponerme la ropa deportiva. ¡ Como lo oyen !
Sí, es psicología pura. Sé que si me visto, me iré. Por eso me pongo mil y una excusas para no vestirme. Que si hace frío, que si hace calor, que si puede llover, que si tengo una molestia, que si he tosido un par de veces...
Ahora bien, jamás me he arrepentido de salir a hacer footing. Jamás. En invierno, con un frío del carajo, he salido a la calle como un jabato. En esas condiciones, llegar a casa y darse una ducha es todo un placer.
Sé que es buenísimo hacer un poco de deporte. Todo el mundo lo sabe. Basta con media hora tres o cuatro veces por semana. Tampoco es demasiado, caramba.
No es una cuestión de estética, ni mucho menos. Ni una moda.
Haciendo deporte regularmente te encontrarás mejor. Así de simple.
Cuando estoy en forma, y les hablo de mi propia experiencia, es como si tuviera las pilas cargadas. Estoy más activo, más atento. Tengo energía y tengo la sensación de que soy capaz de transmitirla a los demás. Tengo mejor ánimo.
Ni les cuento como me siento últimamente, pero podrán imaginárselo ¿verdad? Por eso he decidido ponerme las pilas.
Nos ponemos la excusa de la falta de tiempo, a sabiendas de que no es verdad. En absoluto.
No lo hacemos porque nos cuesta una barbaridad. Somos unos vagos. Y por desgracia nuestro ritmo de vida facilita el sedentarismo.
Nos autoengañamos pensando que no tenemos tiempo...ese "valioso" tiempo que perderemos miserablemente con cientos de estupideces, en vez de cuidarnos un mínimo y mejorar nuestra salud.
Además, en mi caso, hacer deporte siempre ha puesto en funcionamiento ciertas sinergias. Algo así como esto:
- Yo: "Me voy a comer esta bolsa de patatas"
- Mi yo deportivo: "¿Estás tonto? ¿Para eso sales a hacer footing?"
- Yo: "Pero están buenísimas"
- Mi yo deportivo: "Vale, vale. Ya pagarás las consecuencias, pringao"
¡Y vaya si las pago! Nunca se me olvidará un sábado que me comí una bolsa de patatas "Lay receta campesina". Yo solito. Bien, ¿se imaginan tener una pelota de tenis en el estómago? Pues esa fue la sensación que tuve dos horas más tarde cuando salí a "moverme un poco". Los primeros minutos de carrera fueron inolvidables.
Cuando hago ejercicio tiendo a cuidar mi alimentación. Es pura coherencia.
Vía Lifehacker encuentro un plan de entrenamiento de healthbolt.net muy sencillo para correr 5 kilometros en seis semanas. Lo voy a
Tengo que cuidarme un poco. Les animo a que lo intenten. Merece la pena.