Como recordarán Winston, el protagonista de la novela de Eric Arthur Blair -a.k.a. Orwell-, 1984 (1), trabaja en el Ministerio de la Verdad.
Su trabajo consiste en modificar la Historia para hacerla acorde con el presente. Donde dije digo, digo Diego. Pero en neolengua, que queda mejor.
Ojo, no estamos hablando de reinterpretar el pasado, ni de poner énfasis en ciertos aspectos, ni de modas, etc, etc.
NO.
Estamos hablando de modificar la base documental de la Historia.
No debemos olvidar que la Historia comienza con la Escritura (3.500 a.C.).
Bueno, pues imagínense como me he quedado cuando he leído esta noticia en LibertadDigital:
El cigarro en la boca del más genial ingeniero de la Inglaterra victoriana, Isambard Kingdom Brunel, ha sido eliminado de una imagen destinada la portada de un libro destinado a los jóvenes lectores del Reino Unido. Se trata de una biografía del nacimiento de Brunel (1806-1859), uno de los pioneros de la era del ferrocarril, cuyo bicentenario el Reino Unido se dispone a celebrar por todo lo alto el próximo año.
En la foto original, de 1857, Brunel aparece como una especie de "dandy", con chistera y un cigarro en la boca contra un fondo de pesadas cadenas hierro, durante la construcción del Great Eastern Railway (el ferrocarril del Este de Inglaterra). En la foto retocada para la edición de su vida, publicada por Heinemann, aquel gran constructor de ferrocarriles, puentes y túneles, conserva la misma pose elegante, con las manos en el bolsillo junto debajo del chaleco, sólo que el cigarro se ha volatilizado.
La foto en cuestión es esta:
Respondo a la pregunta que se están haciendo: ¿Por qué se ha eliminado el cigarro?
El argumento de la editorial es que los profesores y los bibliotecarios no compran libros destinados a un público adolescente si en la portada aparece alguien fumando. Heinemann añade que el cigarro eliminado no forma parte inseparable de la personalidad de ese personaje como, por ejemplo, de otro inglés célebre, el primer ministro conservador Winston Churchill.
De acuerdo, es sólo un cigarro...pero como el rascar, todo es empezar.
Veamos uno de los ejemplos más notables de falsificación fotográfica de la Historia: la protagonizada por Stalin.
Según leo en un artículo de quepasa (¡ gracias, caché de Google !):
Para enmendar su mínima participación en los grandes acontecimientos de 1917, Stalin ordenó que se intervinieran varias fotografías donde aparecían los grandes y verdaderos protagonistas de la Revolución de Octubre, con tal de que lo incluyeran en las tomas. Por ejemplo, en una recepción de Estado que se le dio a Lenin en Finlandia, Stalin hizo colocar su imagen junto a la del entonces líder de la URSS, cuando en verdad, ese mismo día, el futuro dictador se encontraba en Petrogrado.
Pero Stalin no se limitó sólo a ese tipo de trucos. Con la misma meticulosidad con que persiguió a sus detractores, el jerarca soviético también hizo borrar las imágenes de aquellos miembros del gobierno y del Partido Comunista que fueron víctimas de las purgas que ocurrieron en la vida real. En una foto donde aparecían Lenin, León Trotsky y Lev Kamenev en la celebración del segundo aniversario de la revolución en la Plaza Roja en 1919, sólo Lenin salió ileso de la acción de los censores.
Tienen más detalles - y fotos - en la web del libro "The Comissar Vanishes" ("El Comisario Desaparece"), de David King. Un ejemplo de manipulación.
Recuerden que pueden ver las primeras páginas de este libro gracias a Amazon...
En este artículo de Jordi Soler tienen más ejemplos curiosos.
Y todo esto cuando aún no tenían Photoshop o Gimp...
(1) Pueden bajarse la novela desde este enlace [pdf, 1984]
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