Me comentó mi madre hace unos días que habían comentado en la TV que el agua embotellada tiene nicotina.
Me debería haber preocupado, porque bebo una botella diaria de Solán de Cabras...
Pero como acabo de terminar de leer el estupendo libro
Mala Ciencia de
Ben Goldacre, estoy seguro de que se trata de la enésima malinterpretación de un estudio científico. Apostaría a que mi madre lo escuchó en las noticias de Antena3, muy dados a escandalizar con este tipo de noticias.
Recuerdo que en el
2006 hablé del antimonio en los PET - es decir, la botella-y ahora les comento una noticia que afecta al agua. Los medios no dejan títere sin cabeza: si malo es el continente, peor es el contenido...
En fín, que no le concedí importancia alguna.
Pero mira por donde, veo que
El blog del búho participa en la
XX Edición del Carnaval de Química con el siguiente articulo:
Nicotina en el agua embotellada.
Y me ha entrado curiosidad por ver cual es la realidad del asunto.
Voy al grano. Este es el resumen del artículo:
Los autores determinan que en 5 de las 10 marcas analizadas aparecen contenidos de nicotina en agua del orden de 10 nanogramos por litro (10 partes por billón). Para poner esto en contexto, hay que aclarar que, en un solo cigarrillo, un fumador ingiere del orden de 1 miligramo de nicotina. Un miligramo es igual a un millón de nanogramos con lo que, para llegar a ingerir el miligramo del cigarro a base de las aguas embotelladas del estudio, necesitamos beber 100.000 botellas de litro de las mismas.
Bien. Supongamos que bebemos tres litros de agua embotellada al día. Esas 100.000 botellas son las que beberíamos en ¡ 91 años! Toda una vida.
Ahora bien, ¿ de donde procede la nicotina detectada? Tenemos una explicación plausible
Parece que el artículo encuentra cierta relación entre la localización de los manantiales originales y los cultivos, cerca de ellos, tanto de hoja de tabaco como de otras solanáceas que también contienen nicotina, como las patatas, los tomates o las berenjenas
Me parece interesante señalar que rebuscando con Google he visto que la primera aparición en medios de esta noticia es del 26 de noviembre en
europapress.es. Ahora bien, el artículo científico fue publicado por unos investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) en
Science of the Total Environment y empezó a estar disponible en la web el día 2 de diciembre de 2011. Es decir, ha pasado un año.
Me pregunto qué ha hecho "saltar la liebre" a esta noticia.