Un granjero pierde su valioso caballo y, cuando un vecino acude a compadecerlo, se encoge de hombros y contesta: «Nunca se sabe».Leído en TheObjective/Miguel Ors Villarejo
Al cabo de unos días, el caballo regresa y trae con él varias yeguas salvajes. «¡Qué buena suerte!», le dice el vecino, pero él reitera inexpresivo: «Nunca se sabe».
Entonces, al intentar domar una de las yeguas, el hijo del granjero se rompe una pierna. El vecino le transmite sus condolencias y él vuelve a comentar: «Nunca se sabe».
Y efectivamente, al poco el reino entra en guerra y el ejército se lleva a todos los jóvenes de la aldea, salvo al hijo cojo del granjero.
"¡Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto!... Rápido, busque a un niño de cinco años, a mí me parece chino."
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