En un mundo en que la institución de la monarquía está vigilada, donde los medios informan sobre ella, donde el Rey es observado, quizás Juan Carlos se hubiera comportado. Alguien habría criticado las amistades del monarca antes de que le empezaran a pedir favores. Alguien hubiera exigido aprobar una ley especial de transparencia para la monarquía, o establecido normas claras sobre su comportamiento.
Se tomó la decisión de no hacerlo, porque sospechar de la integridad del Rey equivalía a cuestionar la legitimidad de la institución. Preferimos dejar todo detrás de la mampara, oculto, y aplaudir la imagen ficticia. Hicimos un retrato de Dorian Grey a la inversa, donde sólo nos mostraban el retrato idealizado del monarca, mientras que su persona se corrompía fuera de la mirada del público.
"¡Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto!... Rápido, busque a un niño de cinco años, a mí me parece chino."
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