Dijo el presidente Sánchez que iba a decretar por ley que los bancos no pudieran trasladar el coste del impuesto de actos jurídicos documentados. Y se fue a casa. Feliz.
Podía haber anunciado a la vez que elimina los viernes por decreto ley, que es más o menos lo mismo.
Preguntado por los periodistas sobre cómo iba a asegurarse de que los costes del impuesto -que no cobra la banca ni aumenta su margen, ojo- no se trasladaran a los consumidores dijo una frase que resume su acción de gobierno: “espero y confío”.
Por supuesto, un día después, la prensa mostraba que las hipotecas ya estaban subiendo de coste.
"¡Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto!... Rápido, busque a un niño de cinco años, a mí me parece chino."
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