Sean Parker explicó que para conseguir que la gente permaneciera mucho tiempo en la red, había que generar descargas de dopamina, pequeños instantes de felicidad; y que éstas vendrían de la mano de los me gusta de los amigos. “Eso explota una vulnerabilidad de la psicología humana”, afirmó. “Los inventores de esto, tanto yo, como Mark [Zuckerberg], como Kevin Systrom [Instagram] y toda esa gente, lo sabíamos. A pesar de ello, lo hicimos”.
Parker se declaró ese día objetor de las redes sociales. Culminó su intervención con una frase inquietante: “Solo Dios sabe lo que se está haciendo con el cerebro de los niños”
"¡Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto!... Rápido, busque a un niño de cinco años, a mí me parece chino."
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