Post zen 29 noviembre de 2009
Deberíamos empezar a despedirnos no sólo del papel, de su olor y su espacio, también de la cultura de la posesión, algo cada vez más evidente en todos los "productos culturales". El sentimiento de pertenencia de un fichero MP3, de un libro en PDF, de una película en MKV ya distaba mucho del que suscitaban sus soportes físicos; en los próximos años con los Spotifys, Youtubes y Kindles el proceso se acelerará, dejamos la cultura de la posesión para abrazar la cultura del acceso.
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